viernes, 18 de marzo de 2011

Una definición de Trabajo Decente

Estimados,

                   Para comenzar el año del "Trabajo Decente" consideramos que es importante primero definir el 

concepto al cuál abocamos nuestro estudio y este Blog. Por lo que adjuntamos la definición de Trabajo 

Decente que brindo la O.I.T (Organización Internacional del Trabajo).

                                                                                                                  Saludos Cordiales,

                                                                                                                 Cátedra de Trabajo Decente


Un concepto de la OIT consensuado a nivel mundial

El concepto de Trabajo Decente fue formulado por los mandantes de la OIT – gobiernos y organizaciones de empleadores y trabajadores – como una manera de identificar las prioridades de la Organización. Se basa en el reconocimiento de que el trabajo es fuente de dignidad personal, estabilidad familiar, paz en la comunidad, democracias que actúan en beneficio de todos, y crecimiento económico, que aumenta las oportunidades de trabajo productivo y el desarrollo de las empresas.
 
El trabajo decente refleja las prioridades de la agenda social, económica y política de países y del sistema internacional. En un período de tiempo relativamente breve, este concepto ha logrado un consenso internacional entre gobiernos, empleadores, trabajadores y la sociedad civil sobre el hecho de que el empleo productivo y el trabajo decente son elementos fundamentales para alcanzar una globalización justa, reducir de la pobreza y obtener desarrollo equitativo, inclusivo y sostenible. 

La OIT: Hacer del Trabajo Decente un objectivo global y una realidad nacional

El objetivo general del trabajo decente es provocar cambios positivos en la vida de las personas a nivel nacional y local. La OIT proporciona ayuda a través de programas nacionales de Trabajo Decente desarrollados en colaboración con los mandantes de la OIT. Las prioridades y objetivos se definen dentro de los marcos de desarrollo nacional con el propósito de superar los principales déficits de trabajo decente a través de programas eficientes que abarquen cada uno de los objetivos estratégicos.

La OIT trabaja con otros interlocutores dentro y fuera de las Naciones Unidas para ofrecer experiencia consolidada e instrumentos políticos clave para el diseño y la aplicación de estos programas. Además, proporciona apoyo para formar las instituciones necesarias para llevarlos a cabo y medir los progresos. El contenido de estos programas difiere de un país a otro, al reflejar sus necesidades, recursos y prioridades.

El progreso requiere de acciones a escala mundial. El programa de Trabajo Decente establece las bases de un marco más justo y sostenible para el desarrollo global. La OIT trabaja para desarrollar políticas económicas y sociales con un enfoque orientado hacia el “trabajo decente” en colaboración con las principales instituciones y actores del sistema multilateral y de la economía mundial.
martes, 15 de marzo de 2011

Carta Inagural de la Comisión del Trabajo Decente de la OIT


 
 El trabajo decente es fundamental para el progreso social


"El objetivo primordial de la OIT es promover oportunidades para que las mujeres y los hombres consigan un trabajo decente y productivo en condiciones de libertad, igualdad, seguridad y dignidad humana" - Juan Somavia Director General de la OIT

El trabajo decente resume las aspiraciones de los individuos en lo que concierne a sus vidas laborales, e implica oportunidades de obtener un trabajo productivo con una remuneración justa, seguridad en el lugar de trabajo y protección social para las familias, mejores perspectivas para el desarrollo personal y la integración social, libertad para que los individuos manifiesten sus preocupaciones, se organicen y participen en la toma de aquellas decisiones que afectan a sus vidas, así como la igualdad de oportunidades y de trato para mujeres y hombres. 

El trabajo decente debería constituir la esencia de las estrategias globales, nacionales y locales para lograr el progreso económico y social. Es indispensable para los esfuerzos destinados a reducir la pobreza, y como medio para alcanzar un desarrollo equitativo, global y sostenible. Mediante sus actividades en el ámbito del empleo, la protección social, las normas y los principios y derechos fundamentales en el trabajo y del diálogo social, la OIT se esfuerza para fomentar el trabajo decente. 

En cada una de estas esferas, los individuos de todo el mundo se ven enfrentados a carencias, lagunas y exclusiones en forma de desempleo y subempleo, trabajos de baja calidad e improductivos, trabajo inseguro e ingresos inestables, denegación de derechos, desigualdad de género, explotación de los trabajadores migrantes, falta de representación y participación, así como de insuficiente protección y solidaridad en caso de enfermedad, discapacidad y vejez. Los programas de la OIT se proponen hallar soluciones a todos estos problemas. 

Los avances en pos del trabajo decente implican la adopción de medidas a escala global, y movilizar a los principales actores del sistema multilateral y de la economía global en torno a este programa. A escala nacional, los programas integrados de trabajo decente por país, elaborados por los mandantes de la OIT, sirven para determinar las prioridades y fijar las metas en los marcos nacionales de desarrollo. La OIT, asociada a otros organismos tanto pertenecientes como ajenos al sistema de las Naciones Unidas, proporciona conocimientos especializados e instrumentos de política clave para la elaboración y aplicación de tales programas, para el establecimiento de instituciones que permitan llevarlos a cabo y para evaluar sus avances. 

La promoción del trabajo decente es una responsabilidad que comparten los mandantes de la OIT y la Oficina. En la OIT, con su estructura tripartita, el programa de trabajo decente incorpora las necesidades y perspectivas de los gobiernos, de las organizaciones de empleadores y de las de trabajadores, que son los integrantes de la OIT, al movilizar su energía e iniciativa y proporcionar una plataforma para lograr consenso respecto de las políticas sociales y económicas.